A pesar de las protestas, a pesar de la mínoria de gente maleducada que habita las calles, a pesar de las pintadas en los hermosos edificios, a pesar del frío que congela los huesos, a pesar de TODO... que lindo es el centro histórico de la ciudad en una tarde de invierno, con el sol alumbrando los lugares justos.
Qué linda es Buenos Aires.
Ójala algún día encuentré otro lado más ideal en el que me gustaría vivir.
Pero por ahora, no cambio esas callecitas enpiedradas por nada.-