Cada vez notó acrecentar la parte autodestructiva/autosaboteadora de mi personalidad. Puede ser miedo a enfrentar diferentes cosas que si las empiezo a enumerar, no me alcanzarían las entradas blogisticas.
Pero al mismo tiempo siento que estoy en el ojo de un húracan, tan tranquilo y pácifico cómo una laguna campestre en una tarde de verano. Todo el torbelino alrededor, pero todavía a mí no me llega. Todavía?...
Lo que sí entiendo, es que de esto no salimos iguales... ni yo, ni nadie.
(Si no notan una coherencia después de la primer lectura, no traten de encontrarla)